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Depresión postparto en clave masculina

Los hombres muestran signos de depresión postparto en la misma proporción que las mujeres después del nacimiento de un hijo, según un estudio estadounidense

Ellos beben, trabajan y van a ver deportes más de lo habitual y también permanecen más en soledad. Aproximadamente un 20% de los padres primerizos padecen determinados síntomas que se corresponden a la depresión postparto. La evidencia sobre este aspecto en las mujeres es indudable pero hasta este momento los estudios hechos sobre la otra parte de la pareja no reflejaban toda la realidad, probablemente porque las preguntas no eran las adecuadas. Ahora un estudio muestra que el impacto de un nuevo nacimiento puede afectar de la misma manera a ambos progenitores.

Un nacimiento siempre, o casi siempre, es un motivo de alegría pero no está exento de situaciones estresantes. Cuando una madre experimenta sensaciones de agobio, extenuación y cambios de humor que van más allá de las primeras semanas del nacimiento de un bebé, los expertos hablan de depresión postparto. Los cambios hormonales asociados con el embarazo, el incremento de responsabilidad y el estrés se apuntan como posibles causas.

Pero contrariamente a lo que se venía creyendo, las mujeres no son las únicas que sufren este tipo de depresión, ya que también puede afectar a los hombres. Además, la depresión en los padres podría afectar significativamente al niño. Los datos apuntan que cuando alguno de los dos progenitores experimenta depresión postnatal, el hijo tiene tres veces más de posibilidades de tener problemas de conducta: desde problemas emocionales y dificultades en la escuela hasta problemas de salud asociados.
Ellos también sufren

Casi la misma proporción de madres que de padres padecen depresión postparto. Así reza un artículo publicado en Pediatrics en 2006. Aunque se habían realizado estudios anteriores, los resultados no eran estadísticamente significativos. Para este último trabajo, coordinado por James F. Paulson, profesor de pediatría y psicología y ciencias de la conducta del Centro de Investigación Pediátrica de la Escuela de Medicina de Eastern Virginia (EEUU), se han seguido un total de 5.000 progenitores.

Los resultados se extrajeron de un cuestionario y de unas entrevistas en los que se analizaban las interacciones básicas cotidianas, tanto de las madres como de los padres, como prácticas de lactancia y ratos de ocio compartido con el bebé. A una de las conclusiones que llegan los autores es que este tipo de actividades están deterioradas si hay depresión. Según los autores, los pediatras deberían esforzarse en detectar estas situaciones de forma precoz en los dos progenitores.

William Coleman, de la Universidad de Carolina del Norte y presidente del comité de aspectos psicosociales de la salud infantil y familiar de la American Academy of Pediatrics, asegura que la sensación de fascinación tras el parto en los padres puede desaparecer según las circunstancias que envuelvan a la familia. Los padres pueden experimentar tanta o más frustración, ya sea sexual o emocional, al sentirse poco útiles en el grupo familiar. Según este experto, los signos son muy diferentes a los exteriorizados por las madres: ellos beben, trabajan y van a ver deportes más de lo habitual y también permanecen más en soledad.
Diferentes manifestaciones

Un estudio llevado a cabo en la Universidad Hebrea de Jerusalén y publicado en 2005 en The Lancet ya señalaba que la patología no se había detectado antes porque las preguntas que se hacían a los varones eran incorrectas. En este trabajo se examinaba la evolución de casi un centenar de padres desde antes que naciera el primogénito hasta varias semanas después del nacimiento. Las conclusiones a las que llegaba, según el coordinador del estudio Gil Goldzweig, era que un 17% de varones sufren depresión postparto, cifra similar a las mujeres.

En lugar de preguntar sobre sensaciones de tristeza, desdicha o cambios de humor, los expertos hebreos se encaminaban hacia cuestiones sobre frecuencia de relaciones sexuales, ingesta de bebidas alcohólicas, relaciones extramatrimoniales, enfrentamientos con compañeros de trabajo o pareja e imposibilidad de cumplir con los horarios laborales. Según los investigadores, el hombre es reacio a expresar dificultades sobre todo asociadas a sentimientos. La mayoría de ellos relataba una infancia bajo la mirada crítica de un padre estricto y con escasa comunicación entre ellos. Para los hombres, según se extrae del estudio, es mucho más fácil ser padres si la pareja tiene puntos de vista tradicionales relacionados con los roles de cada una de las partes y es más dificultoso en aquellas parejas menos conservadoras, creando ansiedad en el hombre.

Fuente: consumer.es

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