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Depresión Postparto

Muchas mujeres, aproximadamente una de cada dos, se sienten un poco llorosas, desanimadas e inseguras en el tercer o cuarto día tras el parto. Es el conocido "maternity blues" o depresión del tercer día que dura de unas horas a un par de días y que pronto desaparece. Desde luego, muchas mujeres se sienten cansadas y un poco desorganizadas cuando regresan a casa del hospital, pero generalmente controlan perfectamente la situación cuando pasa más o menos una semana. Sin embargo, para las madres con una depresión postparto las cosas empeoran día tras día.

La depresión postparto es una de las enfermedades más frecuentes tras el parto ya que afecta a una de cada diez parturientas. Si no se trata adecuadamente puede persistir durante meses e incluso años.La depresión postparto consiste en el desarrollo de una depresión en la madre tras el nacimiento de su hijo.

A veces, esta depresión puede tener una fácil explicación, bien porque el hijo no ha sido deseado o porque no es normal. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones la depresión parece no tener sentido: " Deseaba tanto tener este hijo y ahora que lo tengo me siento completamente desdichada", "¿Qué me está pasando?", "El parto fue magnífico, mucho mejor de lo que esperaba, y todo el mundo se portó maravillosamente conmigo, especialmente mi marido. Yo debería dar saltos de alegría", "Tenía miedo que el bebé tuviera algún defecto al nacer, pero es perfecto", " Entonces, ¿Porqué no lo estoy disfrutando?, Quizás no valgo para ser madre".

Estas mujeres no son unas desagradecidas o unas malas madres sino que están experimentando una de las complicaciones más frecuentes del parto, la depresión postparto, un trastorno que todavía sufren en silencio un gran número de mujeres. Es importante que si usted ha tenido antecedentes de episodios depresivos o cualquier trastorno mental lo haga saber al médico. Muchas mujeres tienen un riesgo alto de deprimirse después del nacimiento de un bebé. En algunas mujeres los cambios hormonales y físicos, así como la responsabilidad de una nueva vida, pueden llevar a una depresión de post parto (DDP). Aunque las madres nuevas comúnmente tienen periodos pasajeros de tristeza, un episodio depresivo severo no es normal y requiere tratamiento. El tratamiento por un médico sensible, y el apoyo emocional de la familia son de importancia vital para que la nueva madre recupere su bienestar físico y mental. El tratamiento devuelve la capacidad para cuidar y disfrutar el niño. Los estudios muestran que más del 30 por ciento de las madres primerizas experimentan depresión clínica y/o ansiedad luego del parto., Algunas piensan que es un estado de locura que lo ven exacerbado por el medio.

Otras creen que es una condición que sólo afecta a las mujeres que no quieren tener hijos o que no son buenas madres o que son débiles. Todavía hay otras que piensan que es algo que solamente le pasa al resto de las mujeres y que a ellas no les va a pasar. Ahora sabemos que estas creencias no son ciertas. La DPP puede afectar a mujeres que están felizmente casadas o que están en permanente conflicto con sus parejas. Puede afectar a mujeres que tienen muchas ganas de quedar embarazadas y a aquellas que quedaron embarazadas de un hijo no deseado. Puede tratarse de mujeres que vienen de familias estables, que las contienen, sin antecedentes de problemas mentales o mujeres con familias disfuncionales que tuvieron episodios de depresión.

Le puede pasar a cualquier mujer, inmediatamente luego del nacimiento del bebé o muchos meses después.

Desafortunadamente, la DPP no ha sido comprendida y por ende mal diagnosticada por mucho tiempo tanto por las madres como por la comunidad médica. Hay muchas razones para esto:
Los médicos están acostumbrados a que haya cambios emocionales durante el período posparto, por lo tanto hay una tendencia a considerar normal el comportamiento materno y probablemente no tomar a las actitudes de la mujer muy seriamente.

Vivimos en una sociedad que no tolera los sentimientos maternos de miedo, ambivalencia y bronca. A veces la expresión de esos sentimientos se interpretan como inapropiados y fuera de control. Las mujeres tratan de superar sus expectativas de madres y cuando no lo logran, se sienten incómodas, culpables y angustiadas. No piden ayuda porque no quieren ser consideradas “malas madres.” Los síntomas de depresión y ansiedad luego del nacimiento caen sobre la comunidad médica ya que las mujeres consultan con psiquiatras, obstetras, pediatras y médicos generales.

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