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La depresión postparto se transforma en violencia

Parecen ‘bolitas de algodón’ y, sin embargo, a los pocos días del nacimiento ya son capaces de reconocer la presencia de su madre. Los bebés son extremadamente sensibles a determinados estímulos como las voces, la forma de contacto, etc. Ahora, se vuelve a demostrar que lo que ocurre en los primeros meses de vida es crucial para el desarrollo posterior del niño, pues según un estudio los hijos de mujeres que tras el parto han tenido una depresión son más propensos a ser violentos en su pubertad.

Seguramente que los padres sean los que mejor entiendan los resultados de este estudio donde se relaciona la depresión post-parto con un riesgo elevado de desarrollar un comportamiento violento en la pubertad. Y es que son muchas las madres que comprueban cómo los recién nacidos se ponen nerviosos cuando ellas lo están. Además, existen múltiples teorías donde se explica la importancia de un entorno sano durante el embarazo y en los primeros meses de vida.

Para comprobar el impacto de la depresión postparto en el hijo, investigadores de la Universidad de Cardiff (Inglaterra) llevaron a cabo un estudio con 122 familias que vivían en dos comunidades del sur de Londres.

Las madres fueron entrevistadas durante el embarazo, a los tres meses del parto y cuando su hijo tenía uno, cuatro y 11 años. También se realizaron cuestionarios sobre los síntomas violentos en la pubertad a las madres, profesores y niños.

Tras analizar los datos, se observó que la mayoría de los niños no eran violentos. Sin embargo, aquellos cuyas madres habían estado deprimidas durante los meses posteriores al parto eran más violentos, especialmente si la depresión tuvo lugar en los tres primeros meses tras el parto o al menos una vez después del nacimiento.

La relación entre la depresión post-natal y la violencia a los 11 años de edad fue asociada con niños que presentaban problemas en la ragulación de su atención y emociones, según el estudio. Los pequeños de madres deprimidas estaban también enfadados y distraídos a esa edad y esas tendencias fueron relacionadas con su propensión a la violencia.

Los resultados de éste y otros estudios similares dejan claro que el estado mental de la madre después del parto es un factor de riesgo fácilmente identificable para el desarrollo intelectual y social del niño, según explican los autores del estudio publicado en la revista ‘Developmental Psychology’.

“Aunque parece que la violencia no es un inevitable resultado de la depresión post-parto, está claro que hay más tendencia bajo condiciones de adversidad continuadas. Una temprana y recurrente exposición a la depresión maternal pone a los niños en riesgo de desarrollar conductas violentas”, concluyen.

Fuente: cristianos.com

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